Salamanca es la ciudad Universitaria por excelencia.
Es la Universidad más antigua de España. Por sus aulas han pasado grandes figuras de nuestra historia: Fray Luis de León, D. Miguel de Unamuno, Francisco de Vitoria, San Juan de la Cruz, Beatriz Galindo “la Latina”, Lucía de Medrano… y tantos otros sin los cuales nuestra historia de España no se entendería.
Aquí nació el Derecho Internacional moderno dela mano de Francisco de Vitoria, aquí también nació la primera gramática del castellano de la mano de Nebrija… Tampoco podemos olvidar grandes obras de nuestra literatura como el Lazarillo de Tormes y la Celestina.
Edificios únicos.
Tiene edificios únicos, como la fachada de la Universidad, la bellísima Plaza Mayor o la Casa de las Conchas. Con sus dos catedrales, es una ciudad que alberga uno de los conjuntos catedralicios más importantes de Europa.
A través de sus tres tesos, sus calles y sus edificios podemos recorrer su historia desde el siglo VII a.C. hasta nuestros días.
Por ello, en el año 1988 Salamanca fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su riqueza histórico artística es incalculable y por supuesto su conocimiento supone una fuente de enriquecimiento sobre nuestro pasado, presente y futuro para todos nosotros.
Si por la noche Salamanca adquiere un halo misterioso y abrumador, al atardecer sus edificios se tiñen de un dorado intenso fruto del uso en sus construcciones de la piedra de Villamayor, una piedra arenisca cuyas canteras se encuentran a escasos 14 kilómetros de la capital charra.
No puedes perderte este espectáculo cuando se pone el sol. Pasea por sus calles y déjate sorprender.
Infinita en detalles
Salamanca es infinita en detalles en sus monumentos: desde la famosa rana de la universidad hasta detalles más recientes como el astronauta o el diablo comiendo un helado de la fachada de la catedral, niños y mayores pueden perderse en todos sus detalles en edificios góticos y renacentistas, fachas platerescas y barrocas…
Su atmósfera alegre y su desenfada vida universitaria.
Tiene el honor de ser la sede de la universidad viva más antigua en la Península Ibérica después de Bolonia, París y Oxford. Fundada en 1218 por Alfonso IX de León, fue durante siglos universidad referencia en Europa.
Su vida universitaria es única, alegre, desenfada, viva… Dota a la ciudad un ambiente fantástico, lleno de alegría y diversión.
Detente en la Plaza Mayor, dorada, elegante, siempre y a cualquier hora del día, animada.
Su gastronomía.
Además, Salamanca ofrece una gastronomía de gran calidad. Desde sus tapas hasta el más exclusivo jamón de Guijuelo. Sin olvidar, por supuesto del famoso hornazo, relleno de lomo ibérico, chorizo y huevo… Y qué decir de su repostería. Desde el clásico bollo maimón, los chochos de Salamanca hasta las perronillas, la repostería ofrece sabores únicos. ¡Salamanca está para comérsela!
Sus plazas, jardines y huertos…
Son rincones que hacen de esta ciudad, una ciudad encantadora. Si la plaza mayor no pasa desapercibida para nadie, lo mismo pasa con la belleza singular de la Plaza de Anaya. Espacio desde donde contemplar la monumentalidad de las catedrales.
Un poco más lejos, el encanto, tranquilidad y sosiego del Huerto de Calisto y Melibea, nos lleva a amores del siglo XV.
Salamanca, ciudad de arte, cultura y literatura.
Por todo, Salamanca es una ciudad de arte, monumental, histórica, artística; cultural, estrechamente unida a la vida cultural e intelectual de la Península Ibérica… pero igualmente está única a las obras literaritas más importantes de España: Cervantes y el Licenciado Vidriera, Fernando de Rojas y la Celestina, El Lazarillo de Tormes y el ciego, Espronceda y El Estudiante de Salamanca…
Moderna y modernista.
Es también la ciudad que acoge la Casa de Lis (Museo de Art Nouveau y Art Decó), el mercado central y el Puente Enrique Esteban, ejemplos del modernismo.
Pero Salamanca quiere ser también moderna. Museos de Arte Moderno como el DA2 o exposiciones de pintura al aire libre en el Barrio del Oeste, nos encantarán…
Salamanca es única, así que no dejes pasar la oportunidad de visitarla. Salamanca bien merece una visita.
