San Juan de Sahagún en Salamanca

San Juan de Sahagún, patrón de Salamanca

Hoy, día 12 de junio son las fiestas en honor al patrón de Salamanca, San Juan de Sahagún.

Nacido en la villa de Sahagún de Campos en la provincia de León el año 1430 o bien el año 1431, recibió la primera educación de los monjes benedictinos en esta misma localidad y pronto recibió la tonsura.

Gracias a su tío, entró al servicio del obispo D. Alonso de Cartagena, en Burgos, y donde es ordenado sacerdote en Santa Gadea.

San Juan de Sahagún en Salamanca

En 1457, tras la muerte del obispo D. Alonso de Cartagena, llega a Salamanca y se matricula en su Universidad. Fue colegial en el Colegio de San Bartolomé, donde será capellán.

Tras una larga enfermedad conocida como “el mal de la piedra”, ingresa en el noviciado de San Agustín en Salamanca y allí profesa en 1464.

Salamanca era entonces una de las ciudades más importantes del reino amén de ser su capital cultural. Allí se había fundado su universidad y tenía alrededor de 17.000 habitantes. Era una ciudad donde abundaban las familias nobiliarias, los comerciantes y sobre todo, los estudiantes. El ambiente era el de una ciudad con gran vitalidad pero no exenta de luchas. Estas luchas son las famosas luchas de los Bandos, es decir el enfrentamiento entre distintas familias nobles e importantes por dominar la ciudad.

Existe una plaza en la ciudad, hoy llamada del Corrillo que dicen que tan grande era la violencia entre los distintos bandos enfrentados que en esa plazuela, nadie se atrevía a atravesar y por ello la hierba comenzó a invadirla. De ahí que, no se sabe desde cuándo, se conociera como “El Corrillo de la Yerba”

San Juan de Sahagún no cejó en su empeño de pacificar la Salamanca de finales del siglo XV, buscando la reconciliación entre las familias nobles.

El Ángel de la Paz.

Aconteció en la ciudad una triste historia.

Allá por 1464, debido a las luchas internas, dos familias estaban enfrentadas: la familia Manzano y la familia Enríquez Monroy. Cuentan que por una pequeña disputa mientras jugaban a la pelota, dos miembros de los Manzano asesinaron a dos hermanos Enríquez Monroy, Pedro y Luis. Su madre, con asombrosa frialdad, tras recibir los cuerpos de sus dos hijos aún calientes, decidió vengarse y para ello con un grupo de criados avanzó hacia la frontera portuguesa, persiguiendo a los dos asesinos de sus hijos. Los encontró en una posada de Viseu y tras tenderles una emboscada, les asesinó, les cortó las cabezas y volvió a la ciudad charra. Colocó sus trofeos en forma de cabeza de los jóvenes Manzano encima de la tumba de sus hijos. Desde entonces, el pueblo de Salamanca conoce a esta dama como “Doña María la Brava”.

Pero esto no significó ni mucho menos la pacificación de la ciudad, sino más bien al contrario. Las luchas y las rivalidades se recrudecieron y parecía que eran bandos irreconciliables.

Las autoridades decidieron acudir al Santo agustino y san Juan de Sahagún predicó e ideó alternativas de reconciliación. Sus esfuerzos dieron sus frutos y finalmente San Juan de Sahagún consiguió concordia entre las principales familias salmantinas, los Enríquez, los Maldonado, los Anaya, los Acebedo, los Nieto… Así nació el “Ángel de la Paz”

Relieve en bronce de San Juan de Sahagún
Relieve en bronce de San Juan de Sahagún

La Casa de la Concordia.

En la calle San Pablo existe una casa (reconstruida en 1873 y finalmente demolida cuyo único vestigio original es su puerta adovelada) cuya inscripción reza:

«Ira odium generat concordia nutrit amoren»  «La ira genera odio, mientras la concordia se nutre del amor»

Antiguamente llamada la Casa de las Batallas, es en esta casa donde San Juan de Sahagún reunió a las familias más importantes de la ciudad para firmar un documento público que avalaba la paz entre las distintas familias nobles dando así fin a la lucha de los bandos.

“Obedecer a Dios antes que a los hombres”

Durante su vida en Salamanca fueron muchos los enfrentamientos que sostuvo el padre predicador, algunos de los cuales nos han llegado hasta nosotros, posiblemente por la importancia social de sus protagonistas. Por todos era conocida la denuncia que siempre mantuvo contra los abusos a favor de la justicia y de la paz. Mientras el pueblo escuchaba atentamente sus discursos y se sentía protegido, algunos señores se sentían señalados y menospreciados por el padre agustino. Tal es el caso del enfrentamiento que tuvo el futuro santo con el poderoso Duque de Alba.

Cuentas que en Alba de Tormes, lugar de origen y residencia de la familia ducal de Alba, predicaba San Juna de Sahagún ante los feligreses. Entre los oyentes se encontraba el Duque de Alba, y ante el discurso que denunciaba los abusos, quiso el duque humillar públicamente al futuro santo. San Juan de Sahagún respondió con firmeza: “Señor, ¿yo porque subo en el púlpito o porqué me pongo a predicar? ¿por decir la verdad o por pedir lisonjas? Sepa V.S que al predicador conviene hablar la verdad, e morir por ella, e reheprender los vicios, e ensalzar las virtudes”

Cuentan que tras su arrepentimiento, el duque se confesó y pidió perdón a San Juan de Sahagún.

Parece ser que en Alba de Tormes, el Santo se salió con la suya… No fue así en Ledesma, donde se cuenta que por motivos parecidos, San Juan de Sahagún fue expulsado sin piedad de la villa…

El pozo amarillo y “Tente necio”.

Éstas son algunas de las leyendas más famosas de la ciudad.

Cuentan que una niña se cayó en un pozo situado en la calle que hoy lleva el nombre del Pozo Amarillo, en pleno centro de la ciudad, a unos pocos metros de la Plaza Mayor. Dicen que el propio San Juan de Sahagún hizo elevar las  aguas del pozo y así consiguió salvar la vida a la niña.

Otra famosa leyenda acontece en la calle Tentenecio. Se dice que un burlaco se escapó y subía dicha calle. San Juan de Sahagún se puso delante del animal y le exclamó “Tente necio” y dicen que el toro se paró… ¡incluso contaban antiguamente que el toro se convirtió en un cordero!

Leyenda del Pozo Amarillo en la iglesia de San Juan de Sahagún en Salamanca. Relieve en bronce.
Leyenda del Pozo Amarillo en la iglesia de San Juan de Sahagún en Salamanca. Relieve en bronce.

Aquí yace por quien Salamanca no yace.

Acaeció su muerte en el año 1479, ante muchas muestras de duelo. El santo tenía tan sólo 49 años. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de San Agustín, convirtiéndose en lugar de peregrinación. Un epitafio decoraba sus reliquias:

“Hic jacet per quam Salmantica non jacet” “Aquí yace por quien Salamanca no yace”.

Sin embargo, debido, primero a las exclaustraciones de 1835, las reliquias fueron trasladadas a la capilla mayor de la Catedral Nueva, donde hoy se exhiben sobre peana de plata, junto a las reliquias de Santo Tomás de Villanueva, igualmente prior del convento agustino.

Clemente VIII beatificó a San Juan de Sahagún el 19 de junio de 1601 y casi un siglo después, el 16 de octubre de 1690 fue canonizado por Alejandro VIII, publicándose la bula el 15 de julio de 1691.

Iglesia San Juan de Sahagún.

Su iglesia se encuentra en la Calle Toro, construida en tiempos del obispo Padre Cámara, a finales del siglo XIX y según planos de Joaquín Vargas en estilo neogótico.

Interesantes son los relieves en bronce de su fachada, que recuerdan dos hechos: su acción pacificadora en la ciudad y la liberación de la niña del pozo, ambas obras de Aniceto Marinas.

En la misma plaza de la iglesia hay una estatua del santo, obra del escultor Valeriano Hernández Fraile.

Iglesia San Juan de Sahagún en Salamanca
Iglesia San Juan de Sahagún en Salamanca
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